lunes, 8 de octubre de 2007

Compatriotas

Compatriotas
Compatriotas peruanos y de otros lugares de la tierra, o del cielo
Compatriotas Humanos, extraterrestres, extra humanos y extracelestes

Compatriotas de casa
Que me mostraron ladrillos, cemento y muros eternos y carcomidos

Compatriotas de mimbres,
De brillantes losetas
Y cuidadas plantitas

Compatriotas de los interiores de uno
De aquellos viejos caminos
Los primeros
Entre las patas de las mesas
Que nos amamantaron de recuerdos y de razones

Compatriotas de las calles
Que nos hicieron
Nos elevaron y nos tiraron
Para revolcarnos
Entre lodo y humo y secretas fragancias
Para volvernos a levantar
Sucios y triunfantes de tan derrotados
Muertos y resucitados
Como dioses de carne

Compatriotas de los árboles, los escupitajos y el cemento
Que dibujaron
Suavemente nuestro pasado y nuestras arrugas como rutas enloquecidas de autos en los que embarcábamos a la luna

De las calles donde escalamos
Y nos trompeamos
Y nos enamoramos
De aquellas muchachas
Con cortas faldas
Y sonrisas enredadas en sus cabelleras

Compatriotas
De las noches
Y las preguntas

Compatriotas poetas
Que me enseñaron
A sacar leche de las estrellas
Y a abrir puertas
A las dimensiones
De los arcos, las piedras, las borracheras y las cornisas

Compatriotas músicos
Equilibristas de sonidos
De atronadores silencios
Que caminan de puntitas
Para meterse
Allí
En el preciso quiebre de la luz
En el matiz
Más recóndito
De la bondad y la pregunta

Compatriotas todos
De toda todidad

Yo les prometo
Un canto sin fin y sin linderos
Un canto apropiado y despiadado
Donde reconocer el cielo y las veredas

Yo les prometo
Las hojas abiertas
Los capullos encerrados
Los intereses bancarios convertidos en libélulas
Las oficinas
En ráfagas encendidas
Y los diciembres
En hielo seco

Les prometo
Discursos vacíos
Y bolsillos llenos en la piel húmeda
Y plegarias a la tierra
Les prometo
Una y otra vez
Esta promesa
Que me hace
Y me deshace

Les prometo carreteras doradas hacia el paraíso de las palabras
Largas carreteras que caminarán solas y nos llevarán sin saber adónde vamos
Hasta enfrentarnos a los espejos, a los sueños que somos y que nos derrotan.

Yo les prometo la vivienda
Aquella de huesos, manos y corazones
Con parques y casas internas e infinitas
Para que habiten en sus huesos y sus plegarias


Les prometo todas las promesas del mundo
Para que se regocijen
Y se vean en ellas
Y se anuncien a una tierra verdadera
De canto sin fin

Les prometo promesas nunca cumplidas
Como todas las promesas

Voten por mí
Y se abrirá la luna para salir por todos lados
Y uno a uno desentrañaré los planetas
Para convertirlos en puntos y comas

Voten por mí
Y les daré empleo
Para convertir el tiempo en fragatas en las que podamos al fin partir hacia el sol

Aplaudan al orador
Adorador de momentáneos dioses
Aplaudan
A este yo
Que les trae
Este momento
Para ser
Por fin
Lo que somos

Hoy tendremos pisco y butifarras
Para saciar la sed
Y tantos apetitos

Para hartarnos de luz
Mientras podamos
En este maravilloso instante que es la vida

Para gozar como humanos o como hormigas, o como chanchos, o como dioses, o como criaturas de sabiduría de placer de cada instante

Voten por mí
Voten por ustedes
Al momento final
Dense un voto de confianza
Y gocen este momento
En el sabor
Eterno
Y deleznable
Como cascajo
En los caminos

Muchas gracias

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